Archivo Confidencial
Por Armando Vásquez A.
Jueves 19 de septiembre de 2024
Monreal, arrebatará popularidad de Amlo
HAY UN FENÓMENO muy curioso que se va a presentar en México luego de que López Obrador deje la presidencia. Su popularidad va a caer de manera natural en un impasse de unos meses cuando ya no tenga la mañanera para darse a conocer ni el aparato de gobierno que respalde la promoción y propagación de sus mensajes. Se irá pues a La Chingada, su finca, aunque también de manera literal.
Todas las despedidas que le han hecho, incluyendo la del próximo 28 con diferentes bandas musicales y artistas programada temprano, a eso de las once de la mañana en el monumento a la revolución, forman parte de un protocolo del adiós, pero para que no regrese o se inmiscuya en futuros actos gubernamentales. Hasta día le dieron, el primero de octubre, como pago y satisfacción a su egolatría.
Se vería mal que se apareciera en cada evento político pues restaría imagen a la idiosincrasia propia del presidencialismo – imperialismo al que estamos acostumbrados como mexicanos-.
La figura presidencial y popularidad de López Obrador es un binomio raro que se conjugó pero que no prevalecerá. Podrá seguir siendo popular, (que gradualmente se irá desgastando) pero no presidencial al menos en el exterior, fuera de que al interior siga teniendo peso en las decisiones del nuevo gobierno.
Poco análisis amerita entender que la popularidad no se hereda y lo vamos a ver con la presidenta electa. Sin embargo, López Obrador deja en el ambiente la oportunidad de que esa notoriedad será adoptada por otros personajes que se colgarán de su figura para hacerse de ese brillo y manejarse como el nuevo caudillo que México requiere.
No será Andy López Beltrán al ser encajonado como el hijo del peje y sin atributos propios que demuestren que el factor popularidad también es lo suyo. Sumamente difícil que llene los zapatos –el par que tiene, me imagino–, del que se va en dos laaargas semanas.
Entre la gama de personajes que pudieran considerarse como propensos a agarrar o arrebatar para sí esa estela de popularidad se encuentra Ricardo Monreal quien rebasa lejos a Adán Augusto, Noroñas, o a cualquier otro integrante de la pléyade de cuatreros.
Tiene los atributos suficientes para manejar diariamente información y aparecer en los medios informativos y también el comportamiento de vagancia política que le coloca como un fiel escudero, el adepto más leal, de un López Obrador quien pasará a ser un concepto, una referencia, por el desgaste propio que sufrirá, insisto, de manera natural.
Y si bien es cierto que los reflectores estarán sobre Claudia Sheinbaum, no logrará el reconocimiento de la jauría de chairos que constantemente la estarán hostigando con la odiosa comparación. Eso no lo sufrirá Monreal quien cachará todas las bobitas de ese público receptor que añorará la figura del tabasqueño.
Incluso, la zalamería que han dirigido a López Obrador ha sido chocante y ante esto, el líder de la bancada de Morena en la cámara baja, ha actuado con prudencia gracias a su colmillo retorcido y a que conoce del manejo de los tiempos que es la clave de todo político que se precie de serlo.
Por lo pronto le cumplió a Amlo todos sus antojos más los que se avecinan desde su espacio legislativo. Demostró, nos guste o no, su utilidad en el movimiento denominado 4T (cuya denominación poco a poco se empieza a borrar y se transformará en segundo piso) y tiene contento a YSQ.
El zacatecano es un zorro. Sabe muy bien que su carrera política la tiene que reforzar en dos vías, por el lado del Peje y de Sheinbaum, pues su vida en estas correrías tiene caducidad y son tres años.
Se tiene que hacer indispensable, sobre todo con aquellos políticos de oposición con quienes mantiene buena relación pues en este aspecto Adán Augusto ya demostró que le falta vagancia al utilizar el garrote de trapo más que la sabia saliva del discurso de Monreal aprendido durante años y sobre todo, en sus correrías como ex priísta.
En Morena no se ven figuras relevantes o que cuenten con la capacidad de prevalecer en el ánimo popular. Pueden estar en las decisiones del pejeclaudismo lo que reforzará sus carreras políticas, pero no significa que estén cobijados por esa delgada capa de popularidad dejada por Amlo.
Y es que todo por servir se acaba, pero de seguro, Monreal ya empezó a reforzar y acrecentar sus equipos de trabajo, no necesariamente impulsándolos a ocupar puestos claves en el nuevo gobierno, sino para ampliar la oportunidad de atender el otro mercado allende la chairiza y que en parte hoy ocupa la oposición.
Por eso lo vamos a ver paseándose por algunos estados del país conformando una gran red, cobijando a todos, incluyendo al poder ciudadano ajeno a los partidos políticos, claro, todo en su momento. Recuerde el manejo de los tiempos. A lo mejor se tropieza con un desgastado Marcelo Ebrard quien se sostiene de un delgado hilo de credibilidad, sobre todo con la presidenta electa, lo que le coloca en la cuerda floja.
Es muy labioso y ladino, los mismos atributos de quien dejará Palacio Nacional.
EN FIN, por hoy es todo, mañana le seguimos si Dios quiere.
Armando Vásquez Alegría es periodista con más de 35 años de experiencia en medios escritos y de internet, cuenta licenciatura en Administración de Empresas, Maestría en Competitividad Organizacional y Doctorando en Administración Pública. Es director de Editorial J. Castillo, S.A. de C.V. y de “CEO”, Consultoría Especializada en Organizaciones…
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