“Es la hora de decir no a la simulación, a la mentira, al engaño institucionalizado bajo la bandera de la transformación que sirve solo a los políticos y politiqueros profesionales. No le sirve a los de abajo, a los campesinos, a los productores…”
*No renunciar a la propiedad social y exigir un reparto equitativo del agua, solicita el dirigente nacional de UGOCP, al conmemorarse 50 años de la matanza de San Ignacio Río Muerto
Ciudad Obregón, Sonora, 23 de octubre de 2025. – un llamado a resistir la falta de apoyos al campo y que no renuncien a la propiedad social de la tierra, sino que luchen por su reivindicación, hizo hoy el profesor Miguel Ángel Castro Cosío.
El dirigente nacional de la Unión General Obrero, Campesina y Popular (UGOCP) pidió a los campesinos que peleen por el reparto equitativo del agua, a no dejar de luchar por sus justas demandas y por un gobierno obrero, campesino y popular.
Al conmemorarse 50 años de la matanza de San Ignacio Río Muerto, cuando siete campesinos fueron asesinados por el Ejército y la Policía estatal, el líder social destacó que Juan de Dios Terán Enríquez, los hermanos Rogelio y Benjamín Robles Ruiz, Rafael López Vizcarra, Enrique Félix Flores, Gildardo Gil Ochoa y Miguel Gutiérrez, “viven entre nosotros en esa dimensión inmortal que solo el pueblo confiere a los hombres íntegros que luchan por la libertad”.
Ante los problemas de falta de crédito, de apoyos y precios de garantía adecuados, manifestó que para el campo de nuevo es la hora de luchar.
“Es la hora de decir no a la simulación, a la mentira, al engaño institucionalizado bajo la bandera de la transformación que sirve solo a los políticos y politiqueros profesionales. No le sirve a los de abajo, a los campesinos, a los productores, a los asalariados, a las mujeres y a los hombres que trabajamos para engrandecer a nuestra Patria por la cual lucharon y murieron los Mártires de Cananea, los Mártires de San Ignacio y los estudiantes de 1968”, sostuvo.

Ante el alcalde de San Ignacio Río Muerto, Abel González Ambriz, así como el presidente del Comisariado del ejido San Ignacio, Juan de Dios Terán Quiroz, expuso que el 23 de octubre de 1975 es una fecha histórica para Sonora, para México y para América latina.
“Es un es un día de luto. Es el momento propicio para recordar el pasado; reflexionar sobre el presente y pensar en el futuro”, declaró.
En el auditorio del ejido, Castro Cosío sostuvo que “lamentablemente, poco a poco se pierde el derecho a la propiedad social de la tierra y, lo que es peor, el disfrute de la vida en comunidad. Las amenazas que se ciernen sobre la sociedad son más grandes que las oportunidades para que los ciudadanos puedan ser felices, tal y como lo soñaron los Terán, los Robles, los López, los Félix, los Gil y los Gutiérrez”.
En este día de lucha, expuso, los campesinos, productores y dirigentes, debemos exigir apoyos sustanciales para lograr el verdadero desarrollo agropecuario y que el campo resurja del olvido, de la miseria y explotación al que lo han condenado a vivir los distintos gobiernos neoliberales que día a día traicionan a los de abajo.
Es de esperarse que este día, en este ejido, en este municipio pobre y marginado, en este hermoso y productivo Valle del Yaqui, dijo, resurja la voz campesina y que en memoria de Los Mártires de San Ignacio, hagamos el compromiso de luchar unidos y organizados para que nada ni nadie nos divida. Para que nunca más se persiga y asesine a nadie por decir lo que piensa y siente. Y menos, porque luche por su familia, por su pueblo, por su ejido o por su comunidad.

Tanto el alcalde González Ambriz como Terán Quiroz declararon que el campo ya no aguanta más la falta de apoyos, que se suma a las condiciones de escasez de agua, por lo cual debe lucharse para conseguir un reparto equitativo del recurso, a fin de poder sembrar los alimentos que la población demanda.
Por la mañana, por primera ocasión el ejido San Ignacio realizó una ceremonia de izamiento de la Bandera mexicana, pues cada 23 de octubre será enmarcado como día de luto para recordar a los mártires de San Ignacio Río Muerto.
Una noche antes, se realizó una vigilia en recuerdo de los siete campesinos asesinados, cuyas familias realizaron una misa oficiada por el presbítero Ramón Humberto Morales.
