Por Juan Pablo Ojeda
Ciudad de México, lunes 21 de abril de 2025.- (Maya Comunicación) El mundo católico atraviesa un periodo de profundo duelo tras la muerte del papa Francisco, ocurrida la madrugada del lunes 21 de abril de 2025, a los 88 años. Fiel a su estilo humilde y cercano, el pontífice argentino dejó instrucciones claras sobre cómo deseaba ser despedido: sin honores desmedidos, sin privilegios de grandeza, y como “un hijo más de la Iglesia”.
El primer papa latinoamericano y también el primer jesuita en ocupar el trono de San Pedro, modificó en 2024 el Ordo Exsequiarum Romani Pontificis, el conjunto de rituales que tradicionalmente regulan el funeral de un pontífice. Con esta reforma, Francisco buscó devolver al acto su sentido más pastoral, espiritual y comunitario, alejándolo del boato y la pompa que históricamente caracterizaron estas ceremonias.
LOS DESEOS DEL PAPA FRANCISCO PARA SU FUNERAL
El Papa Francisco quiso que su funeral reflejara no solo su fe profunda, sino también su convicción de que la Iglesia debía ser humilde, cercana a los más pobres y despojada de símbolos de poder. Estas fueron las instrucciones clave:
Simplicidad en los ritos: Solicitó que el servicio fúnebre se centrara en la esperanza cristiana en la resurrección, sin gestos ostentosos ni protocolos de jefatura de Estado.
Ataúd único: En lugar del tradicional conjunto de tres féretros (madera, zinc y ciprés), Francisco pidió uno solo, de madera sencilla, con interior de zinc, como símbolo de austeridad.
Sin catafalco ni velatorio exclusivo: Rechazó el uso del estrado elevado en la Basílica de San Pedro y prohibió velorios reservados a mandatarios o autoridades.
Sepultura distinta: En lugar de ser enterrado en la tradicional cripta papal bajo la Basílica de San Pedro, eligió descansar en la Basílica de Santa María la Mayor, un lugar con gran valor simbólico por su devoción a la Virgen y su cercanía al pueblo romano.

ÚLTIMOS RITOS EN LA DOMUS SANCTAE MARTHAE
El funeral será presidido por el cardenal camarlengo Kevin Farrell y se llevará a cabo en la capilla de la Domus Sanctae Marthae, la residencia donde el Papa vivió durante todo su pontificado, rompiendo la tradición de ocupar los lujosos aposentos del Palacio Apostólico.
Posteriormente, sus restos serán trasladados a la basílica mariana para el último adiós de los fieles. Se espera una asistencia masiva de personas comunes, religiosas y fieles de todo el mundo que han acompañado el camino del Papa que marcó una época.
UN LEGADO QUE TRASCIENDE EL VATICANO
Con esta despedida sobria, Francisco confirma en la muerte lo que predicó en vida: una Iglesia más humana, menos jerárquica, profundamente evangélica. Su pontificado quedará como símbolo de transformación, cercanía y valentía ante los desafíos sociales y morales del mundo contemporáneo.
Millones de católicos, y también personas de otras religiones, lo despiden hoy con gratitud. Su legado, construido con gestos simples y decisiones audaces, vivirá por generaciones.