Vertiente
Bernardo Elenes Habas
Domingo 13 de abril de 2025
¡Ya no hay Quijotes, DON JESÚS, de su estatura!
*Poema de domingo. – Es preciso que repase la historia. Que se la dicte al viento para que la recoja y la esparza por los caminos, para que las nuevas generaciones que abren tiempo y espacio en el periodismo, sepan quién fue Jesús Corral Ruiz. Por eso escribo en el humo y en la piedra. En la tierra pródiga del Valle del Yaqui, para que germine como una espiga vertical y sustantiva, la huella del reportero, columnista, editorialista, escritor, libre pensador, hombre de sueños y convicciones llamado Jesús Corral Ruiz, quién a los 22 años de edad, un 9 de abril de 1942 fundó el Diario del Yaqui, y a los 74 años, tomó la última y más grande decisión de su vida, la que lo convirtió en leyenda…
Yo estuve ahí, para escribir la historia.
Ahora, cuando se cumplen 83 años de la fundación del periódico de don Jesús, reafirmo mi admiración por un sonorense que ya es parte de la historia de mi pueblo, a quien le profeso gratitud de amigo y Maestro, y rememoro las estrofas de un poema que escribí para él y lo puse en sus manos, cuando su Hijo Mayor, El Diario, cumplió 50 años en 1992.

I.- Señor, con esta misma voz con la que forjo en las mañanas oraciones de tierra. / Con esta misma voz que ha aprendido a darle cauce a las pasiones. A conjugar con humildad/ vocablos ignorados/ como Amor, Justicia, Libertad./a diario del yaqui 1942 Con esta voz que grita y se estremece cuando golpea el infortunio a los humildes,/ le hablo/ y le digo,/ que ha trazado un camino perdurable./ Que junto a la ortiga, abre sus pétalos la flor/ e inunda con aromas su horizonte./ Que el valle, la sierra, la costa, la distancia,/ saben llamarlo por su nombre./ Porque es usted Sonora,/ conjunción de Padre-Hijo./ De nostalgia y futuro./ De sangre renovada en el río sin límites del tiempo.
II.- Yo sé que hoy se le vendrán de golpe los recuerdos,/ e intentarán abrir su luz las cicatrices./ Pero:/ ¿Cuántas batallas no han pasado por sus manos?/ ¿Cuánto rumor de sueños no se han vuelto semilla/ en la parcela vertical de su conciencia?/ ¿Cuántas ideas no han sabido derramar/ sus pródigas espigas? Ya la maldad no moja sus raíces,/ y las injurias se quiebran en su pecho/ como torrente de aves derrotadas.
III.- ¿Quién puede, ahora, vestirse su armadura/ y cabalgar las sombras/ inventando sin treguas la alborada,/ como lo hizo usted, desde un lejano abril/ que huele a tinta, letras, lágrimas?/ ¿Quién puede enseñar a los demás a navegar un Barco de Papel,/ a edificar por vocación y compromiso y gratitud,/ la historia cotidiana de Cajeme,/ a darle brillo a la memoria de Sonora?
Hay una deuda con usted, que no será saldada./ ¡Ya no hay Quijotes, DON JESÚS, de su estatura!