Olor a Dinero
Por: Feliciano J. Espriella
Lunes 24 de febrero de 2025
INFONAVIT: el cambio que desató la furia de los “expertos”
“La reforma al INFONAVIT ha desatado un torbellino de reacciones: mientras unos la aplauden como el camino hacia una vivienda más accesible, otros la ven como una amenaza al libre mercado. Pero ¿realmente estamos ante un avance necesario o ante una centralización disfrazada? Y más importante aún, ¿por qué los críticos de siempre nunca dijeron nada sobre la corrupción previa?”
El INFONAVIT, ese organismo que por décadas ha sido la esperanza de millones de mexicanos para alcanzar el sueño de la vivienda propia, está en camino de una transformación profunda. Una reforma que promete mayor accesibilidad, más transparencia y un impulso sin precedentes a la vivienda social. Pero, como en todo cambio de gran calado, surgen preguntas incómodas: ¿estamos ante una verdadera evolución del sistema o frente a una estrategia que poco a poco desplazará al sector privado y concentrará el desarrollo habitacional en manos del Estado?
Más crédito, más control
La nueva reforma plantea ajustes en los esquemas de financiamiento, flexibilizando los requisitos para los trabajadores y ampliando las opciones de crédito. Esto, en el papel, suena fantástico. ¿Quién podría estar en contra de que más mexicanos puedan acceder a una casa con mayor facilidad? Sin embargo, la letra pequeña sugiere que el INFONAVIT no solo será un facilitador de crédito, sino que también tendrá un papel cada vez más relevante en la construcción y asignación de viviendas. ¿Estamos presenciando el nacimiento de un monopolio inmobiliario bajo el manto de lo público?
Por supuesto, desde el gobierno nos aseguran que esto no sucederá, que la participación del INFONAVIT no desplazará al sector privado, sino que lo complementará. Pero la historia nos ha enseñado que cuando el Estado asume demasiado control sobre un sector, las reglas del juego pueden volverse menos equitativas para quienes no forman parte del aparato gubernamental. Y si bien es cierto que el mercado inmobiliario necesita ajustes, sobre todo en términos de precios y accesibilidad, la solución no debería ser convertir a la institución en el único gran desarrollador del país.
En ese sentido, el Ing. Guillermo Moreno Ríos, un buen amigo y experto en el tema, escribió en su columna semanal que publica en un conocido semanario local, lo siguiente: “La reforma al INFONAVIT podría representar un cambio positivo si se ejecuta con reglas claras y mecanismos de supervisión efectivos. Sin embargo, sin contrapesos adecuados, puede convertirse en un riesgo latente que comprometa la estabilidad del sistema de vivienda y un proceso que podría desplazar gradualmente al sector privado del desarrollo habitacional.”
Vivienda para todos… ¿a qué costo?
Uno de los grandes atractivos de la reforma es la promesa de créditos con tasas más accesibles y menores restricciones para los trabajadores. A primera vista, esto es una excelente noticia para quienes han visto sus posibilidades limitadas por ingresos insuficientes o problemas de buró de crédito. Sin embargo, la sostenibilidad de este esquema dependerá de que el INFONAVIT pueda mantener su capacidad de financiamiento sin comprometer sus reservas. Porque una cosa es flexibilizar las condiciones de crédito y otra muy distinta es generar una burbuja de deuda insostenible.
Además, si la estrategia gubernamental es absorber más funciones en la construcción de vivienda, ¿qué pasará con la calidad y variedad de las ofertas disponibles? Es bien sabido que cuando el Estado asume un rol preponderante en la producción de bienes y servicios, la diversidad y la competencia pueden verse afectadas. ¿Nos encaminamos hacia un modelo donde todas las casas sean idénticas, con las mismas limitaciones y sin la posibilidad de que el mercado ofrezca alternativas más innovadoras y mejor adaptadas a las necesidades de los ciudadanos?
El INFONAVIT del futuro: ¿solución o riesgo?
Démosle el beneficio de la duda al optimismo: si la reforma logra ejecutarse con reglas claras y mecanismos de supervisión efectivos, podría representar un cambio positivo para millones de mexicanos. No hay duda de que facilitar el acceso a la vivienda es una causa justa y necesaria. Sin embargo, la clave está en los equilibrios. Sin contrapesos adecuados, esta reforma puede convertirse en un riesgo latente que comprometa la estabilidad del sistema de vivienda y termine afectando a los mismos trabajadores que busca beneficiar.
Es tiempo de que la iniciativa privada no solo critique, sino que proponga y se adapte. En lugar de ver al INFONAVIT como un enemigo en potencia, el sector inmobiliario debería verlo como un socio estratégico con el que se pueden establecer modelos de colaboración que mantengan la diversidad y la calidad en la oferta de vivienda. Porque si algo es seguro, es que en este país la demanda de hogares dignos no va a disminuir.
La comentocracia y su indignación selectiva
Por otra parte, como era de esperarse, la comentocracia ha reaccionado con furibundos ataques contra la reforma, presentándola como la peor amenaza para el desarrollo habitacional en la historia del país. Curioso, porque estos mismos expertos y analistas que hoy se rasgan las vestiduras nunca dijeron una sola palabra sobre la corrupción rampante que existía dentro del INFONAVIT. Durante décadas, se repartieron contratos con opacidad, se construyeron viviendas en zonas sin servicios básicos, se otorgaron créditos a trabajadores sin capacidad de pago y se hicieron negocios millonarios con recursos públicos. Pero claro, en ese entonces nadie parecía indignado.
Ahora que se plantea un nuevo modelo, de repente los defensores del libre mercado descubren la importancia de la transparencia y el equilibrio en el sector. Lo que no dicen es que el viejo esquema beneficiaba a unos cuantos, mientras miles de mexicanos terminaban con casas de mala calidad, alejadas de sus centros de trabajo y sin acceso a servicios básicos.
Mientras tanto, sigamos atentos. Porque si algo nos ha enseñado la historia es que cuando la comentocracia grita demasiado, a veces es porque les han movido la silla a los de siempre.
Por hoy fue todo. Gracias por su tolerancia y hasta la próxima.
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