Olor a Dinero
Por: Feliciano J. Espriella
Lunes 2 de diciembre de 2024
Trump nos provocó “torzones”, pero a Canadá “diarrea”
Las declaraciones de hace una semana del presidente de la Unión Americana a partir del próximo 20 de enero, Donald Trump, en el sentido de que el primer día de su mandato impondrá un arancel del 25 por ciento a las importaciones de México y Canadá, causó de inmediato fuertes reacciones en ambos países.
Haciendo un parangón de las diversas reacciones entre la sociedad, iniciativa privada, élites políticas, la clase gobernante y la prensa con un malestar estomacal, a la luz de los acontecimientos de los días siguientes a las agresivas declaraciones de Trump, diría que en México tuvimos fuertes ‘torzones’, en tanto en Canadá provocó ‘diarrea’.
Aquí se les ha dado amplia difusión a los acontecimientos posteriores. La presidenta Claudia Sheinbaum le envió una carta al pelirrojo y energúmeno Donald Trump, que originó una conferencia telefónica al día siguiente en términos cordiales con resultados positivos, según lo manifestaron ambos mandatarios.
En Canadá, en tanto, las reacciones fueron de tal magnitud que bien podríamos decir que les generó ‘pánico’. Tres horas después de las amenazantes declaraciones, Justin Trudeau, primer ministro canadiense se comunicó telefónicamente con Trump, y los días que siguieron, se realizaron una serie reuniones con ministros, gobernadores y líderes empresariales para analizar y en su caso mitigar cualquier impacto negativo de estas políticas comerciales propuestas por el presidente electo al sur de su frontera.
En medio de lo que pareciera un desquiciamiento entre los premieres (que equivalen a los gobernadores en México y Estados Unidos) de las distintas provincias canadienses, se soltaron haciendo torpes declaraciones sobre enfrentar a Estados Unidos y, sobre todo, prácticamente ponerse de tapete, como decimos en México. incluso, no faltó alguien que recurrió al insulto, quien si mal no recuerdo es el premier de Toronto, declaró que para él fue una ofensa que se les haya comparado con México.
Al respecto, Andrew Cohen, periodista y catedrático universitario canadiense escribió en el diario “The Globe and Mail” lo siguiente: “Apenas Trump había puesto su post, se oyeron voces prominentes en este país que exigían todo tipo de cosas, ninguna de ellas sensata. Incluso antes de la última amenaza de Trump, el primer ministro de Ontario Doug Ford, había pedido que se expulsara a México del tratado comercial”.
A continuación, los textos refieren diversas reacciones de los premieres que van desde recomendaciones de enfrentarse a Donald Trump hasta ponerse de tapete. El periodista canadiense termina su nota con las siguientes palabras:
“… tenemos que mirar la crisis actual no a través de la lente del comercio, la diplomacia o incluso la extorsión, sino a través de la psicología de un hombre profundamente perturbado. Servilizarse ante él, como algunos de nuestros primeros ministros parecen inclinados a hacer, es poco probable que lo apacigüe, es el tipo de cosas por las que él vive, ceder ante sus demandas de la misma manera es inútil, no porque él concluya racionalmente, sino porque el subidón de dopamina que experimenta al dominar a los demás, tomará el control de él exigiendo que se le suministren más dosis”.
Dos días después del arrebato trumpista, se realizó una reunión de emergencia entre Trudeu. y los líderes provinciales y territoriales, para discutir, analizar y buscar soluciones. Hora y media después de la reunión, el ministro canadiense de Seguridad Pública, Dominic LeBlanc y una viceministra anunciaron la asignación de fondos fronterizos emergentes para incrementar la vigilancia, una desesperada acción con la evidente intencionalidad de impresionar al ogro norteamericano.
Pero no para ahí la cosa ¿Recuerdan que en multitud de ocasiones se nos ha culpabilizado de fabricar el fentanilo que luego se exporta a los Estados Unidos y sólo en contadas ocasiones se menciona a Canadá en esos términos? Pues resulta que los capos canadienses son muy buenos para producir esta mortal droga.
El día primero de noviembre, la Policía canadiense informó que había desmantelado el “superlaboratorio” de drogas ilícitas “más grande y sofisticado” del país norteamericano, e incautó 450 kg de fentanilo y metanfetamina. Además, los pobladores de Canadá son fuertes consumidores de fentanilo. Según las estadísticas, las drogas ilícitas tóxicas han matado a casi 48,000 personas en Canadá entre enero de 2016 y marzo de 2024.
La semana pasada, la Royal Canadian Mounted Police (Policía Montada) anuncio otro fuerte golpe a la producción de drogas sintéticas con la incautación de fentanilo de un superlaboratorio en una zona rural de Langley.
Y finalmente, en un intempestivo viaje relámpago a Miami, Florida, el primer ministro canadiense, sostuvo una entrevista fuera de agenda con Trump. Lo acompañó en una cena en su finca de Mar-a-Lago, al término de la cual, Trudeau sólo declaró que tuvo una “excelente conversación” con Donald Trump, en tanto éste no hizo ningún comentario al respecto.
En realidad, al igual que México, Canadá tiene mucho que perder, Estados Unidos es su principal socio comercial, representando aproximadamente el 75% de sus exportaciones totales. Un incremento arancelario del 25% encarecería automáticamente los productos canadienses en el mercado estadounidense, haciéndolos menos competitivos frente a alternativas locales o de terceros países. Sectores como el automotriz, energético (principalmente petróleo y gas), agrícola y maderero serían particularmente vulnerables, ya que dependen en gran medida de la demanda estadounidense.
Por hoy fue todo. Gracias por su tolerancia y hasta la próxima.
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