Olor a Dinero
Por: Feliciano J. Espriella
Miércoles 13 de noviembre de 2024
Un clavo más al ataúd del PAN
Aunque había sido largamente anunciado el arribo de Jorge Romero Herrera a la presidencia nacional del PAN, las reacciones fueron mayoritariamente negativas, y en general todas coincidentes en el sentido de que la hecatombe del blanquiazul seguirá avanzando bajo el mandato de quien se le señala como el líder del cártel Inmobiliario de la CDMX.
Al parecer la oposición en el país seguirá en manos delincuenciales que ven en las dirigencias partidistas la mejor opción para hacer negocios, la mayoría de las ocasiones de corte ilegal. Una cosa quedo evidente: en el pan un corrupto sustituirá a otro corrupto.
La red criminal que llevó a Jorge Romero a la presidencia del PAN está integrada por personajes que solo se han dedicado a la política y vivido de ella, pero exhiben riquezas mal habidas a través de esquemas como los moches en la cámara de diputados con Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.
Para quienes no lo recuerden o no se hayan enterado, expongo una breve explicación: en este esquema, se afirma que diputados negociaban partidas presupuestales adicionales con funcionarios municipales y estatales, cobrando un porcentaje del recurso autorizado a cambio de facilitar la obtención de fondos para ciertos proyectos. Se llegó a señalar que estos actos de corrupción eran realizados por ciertos legisladores (particularmente del PAN) y funcionarios de manera sistemática, con cuotas o comisiones que iban del 10% al 35% del presupuesto aprobado.
Uno de los mayormente señalados fue el excandidato presidencial y antecesor de Marko Cortés en la presidencia del PAN, Ricardo Anaya, actualmente senador de la República.
Al parecer, en su carrera por la autodestrucción y viendo cómo se iba a apagando el partido, los panistas optaron por alguien que pudiera acelerar el proceso e incluso competir con un tal Alito que responde al nombre de Alejandro Moreno Cárdenas, para alcanzar primero la meta de la extinción.
Jorge Romero es prototipo de todo lo que está podrido en la política mexicana. Como delegado de Benito Juárez de 2012 a 2015, su gestión estuvo plagada de irregularidades.
Durante su administración, se detectaron varios edificios con pisos irregulares, un asunto que fue documentado por la Fiscalía de la CDMX.
Su hermana, Noelia Romero, el año pasado fue vinculada a un proceso judicial por enriquecimiento ilícito en pandilla, lo cual evidencia que la riqueza de la familia Romero no es producto de actividades lícitas y honestas. Cuando fue delegado, su administración enfrentó multitud de denuncias de extorsión a vendedores ambulantes a cambio de dinero.
De hecho, el expresidente Felipe Calderón lo acusó en su libro titulado “Decisiones Difíciles”, de estar involucrado en una red de extorsión a vendedores ambulantes en Benito Juárez, obteniendo millones de pesos mensuales. Además, Margarita Zavala lo señaló en una entrevista con Loret de Mola como uno de los principales exponentes de la “política de los moches”.
Aunque al parecer la ex primera dama y hoy diputada en el Congreso de la Unión adolece de desmemoria, pues en cuanto se reveló el triunfo de Romero, se apresuró a felicitarlo y en su cuenta de X (antes Twitter) posteó:
“Felicidades Jorge Romero @JorgeRoHe por tu triunfo. En estos tiempos tan cruciales para #México, es urgente construir una oposición sólida. Éxito en esta encomienda, que sea por un mejor país.
Margarita Zavala @Mzavalagc
En el libro mencionado líneas atrás. Felipe Calderón escribió: “Jorge Romero, de la Ciudad de México, exdelegado en Benito Juárez, famoso por los casos de corrupción que constantemente empresas extorsionadas revelan. Un amigo suyo y sobrino mío me relató que dejó de trabajar con él cuando el propio Romero le confesó que asociaciones de ambulantes y otros le representaban a su grupo ganancias de 7 millones de pesos al mes. Con ellos, además, habían filtrado el padrón del PAN en toda la ciudad”.
En la farsa orquestada para el cambio de dirigencia, el PAN tácitamente confirmó su intención de desaparecer de la esfera política del país. Con la entronización de Jorge Romero, privilegiaron de nuevo los negocios, las transas, las chicanadas, los moches y todo aquello que genere ganancias sin importar de donde vengan.
Otro dinosaurio en extinción que se une al ya fallecido PRD y al PRI que también va por la misma senda. Como lo señalo en la cabeza de esta columna: UN CLAVO MÁS EN EL ATAÚD DEL PAN.
Lo más lamentable de todo, es que las únicas alternativas a sustituirlos no sólo son más de lo mismo, son evidentemente peores:
Eduardo Verástegui, un actorcillo irrelevante que dice llevarse de piquete de ombligo con Donald Trump, insiste en fundar un partido de ultraderecha.
El otro es Claudio X González Guajardo, quien está detrás de dos organizaciones de membrete: “México Unido” y “Frente Cívico Nacional”, busca la creación de lo que tal vez llamen el “Partido Rosa”, al que piensa darle la apariencia de ciudadano.
El Juniorcito lo anda promoviendo a través de su patiño Emilio Álvarez Icaza, quien después de ser un grillo de poca monta durante toda su vida, ahora pretende ostentarse como representante de la sociedad civil. Con el propósito de promover ese nuevo partido, están convocando a un foro a realizarse mañana en Hermosillo, con el rimbombante título: “Rumbo a la Construcción de un nuevo Movimiento Político Ciudadano”.
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