Archivo Confidencial
Por Armando Vásquez A.
Lunes 23 de septiembre de 2024
El sicariato de hoy y mañana
SI TOMAMOS EN CUENTA que en este sexenio casi se llega a los 200 mil asesinatos y cien mil desaparecidos, ¿cuántos asesinos habrá en México y andarán sueltos en las calles?
Quitemos las dos mil masacres, caracterizada por más de tres homicidios en un solo evento y lugar, pues por lo general son varios los asesinos, no uno solo. Supongamos que esas matanzas representan el diez por ciento, nos quedarían 180 mil.
Y aunado a ello, en una consideración sin bases científicas, más bien simplona, de esa cantidad, supongamos que una sola persona acabó con la vida de tres víctimas como máximo en un lapso determinado. Eso nos da 60 mil asesinos sueltos en el país. Pero, momento, si aplicamos el mismo tratamiento a los más de cien mil desaparecidos, nos da una base de cuarenta mil y cerramos el número de homicidas en nuestro país, en cien mil. Claro, lo más seguro es que me quede corto, muy corto.
Uno de mis amigos, quien pertenece a mi red de difusión privada de WhatsApp, me hizo reflexionar con su comentario:
“Ya casi no se ven niños de la calle ni de los que viven en las alcantarillas, de donde se puede especular qué es ahí, en las calles y las alcantarillas, donde las bandas criminales se abastecen de esta mano de obra antisocial para realizar el trabajo más sucio de sus actividades delictivas: el sicariato.
“Niños abandonados por sus familias, excluidos de la sociedad y de los programas sociales de los gobiernos, no poseen ningún valor ni sentimiento positivo hacia las personas que los ignoran y los desprecian, por tanto, cuando los reclutan y ponen en sus manos un arma, drogas y dinero, los hacen sentir poderosos y con posibilidades de tomar venganza contra todo y contra todos, por los desprecios y humillaciones recibidos del resto de la sociedad.
“¿Pueden ser rescatados esos niños que ya experimentaron el poder de asesinar, de tener en sus manos la vida de otros a quienes odian y desprecian aún sin conocerlos, pero los consideran culpables de todas sus desgracias?
“Hace falta un estudio sociológico profesional de este fenómeno y que se propongan soluciones”.
Cuando me envío dicha reflexión, fue poco antes de lo ocurrido en Caborca donde hubo un enfrentamiento entre 11 sicarios –un hombre y mujer adultos y el resto de 12,14 y 16 años de edad—y soldados quienes mataron a tres de los menores, atraparon a los dos adultos y a los seis niños. Será el sereno, pero asemejan a una familia con papá, mamá y hermanos.
Hay estudios que categorizan cuatro tipos de sicarios: marginal, antisocial, psicopático y sádico. Y la conversión a asesino de los carteles puede ser voluntaria o forzada.
Su ingreso a la maña va desde chamacos de entre ocho y doce años que reciben compensación económica desarrollando actividades de halconeo –que son aquellos que avisan a los jefes de las actividades en el barrio–, así como de “limpieza” de rastros de asesinatos individuales.
Cuando crecen dentro de ese tipo de organizaciones se despojan de su familia original y se “culturizan” con los nuevos valores asumidos y por lo general consumen drogas que reciben en pago y/o efectivo. Por cierto, la vida de un sicario es de básicamente diez años desde su inicio en esa actividad. Caen víctimas de su destino violento.
Los pagos mensuales varían. Hay aquellos que ganan 20 mil pesos –generalmente mayores de 20 años–, pues pagan por mes, (no por cuota por asesinato) y otros de entre 12 y 16 años que reciben hasta seis mil pesos cuya cifra varía dependiendo de la zona y la facción a la que se prestan los servicios.
De los 200 mil homicidios se calcula que el veinte por ciento, es decir, 40 mil está integrada por jóvenes de entre 12 a 29 años. https://n9.cl/yh4ge
Es así como, durante los primeros cuatro años del sexenio se encarcelaron a 35 mil jóvenes bajo la modalidad de delitos contra la salud (los atraparon distribuyendo o vendiendo droga) y que en su mayoría están en la prepa para ingresar al mundo del sicariato pues en las cárceles mexicanas los profesionales del homicidio los cachan y preparan,
El programa social Jóvenes Construyendo el Futuro que inició en 2019 hasta el 2023, tuvo un presupuesto de113 mil mdp atendiendo a dos millones 600 mil en esos cuatro años, regalándoles una beca de seis mil 300 pesos mensuales en ese entonces y que hoy rebasa los siete mil 500. Todo un éxito, según los datos de obradolandia. ¿Usted ha escuchado que alguno de estos ninis –de entre 18 y 29 años–, que sirvan como ejemplo de caso de éxito?
Hay otros programas que también han sido un fracaso por la corrupción galopante y la nula transparencia con la que se manejan, como ese otro donde apoyan a los chamacos de cero a cuatro años o bien, aquellos otros que no tienen uno o los dos papás vivos, pero el dinero va a sus tutores, no a ellos.
Las becas Benito Juárez van dedicadas a estudiantes y llevan ese fin, aunque se la pisteen o la usen para comprar droga.
El hecho es que de los ocho a los 17 años, este gobierno de los pobres no implementó acciones para rescatar a los cientos de miles de chamacos desamparados, de la calle, despreciados, olvidados por todos menos por el crimen organizado, pues por un lado quitó los fondos de apoyo que permitían de alguna manera la atención a esta masa juvenil forjada en una cultura hechiza, sin perro que les ladre y por el otro, en su afán centralista, todo lo quiso reparar con programas de subsistencia mal enfocados.
La alegoría: Los niños de la calle de hoy serán los sicarios de mañana, nunca ha sido más acertada.
EN FIN, por hoy es todo, mañana le seguimos si Dios quiere.
Armando Vásquez Alegría es periodista con más de 35 años de experiencia en medios escritos y de internet, cuenta licenciatura en Administración de Empresas, Maestría en Competitividad Organizacional y Doctorando en Administración Pública. Es director de Editorial J. Castillo, S.A. de C.V. y de “CEO”, Consultoría Especializada en Organizaciones…
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