El Juglar de la Red
Por Rafael Cano Franco
Martes 17 de septiembre de 2024
El infierno de los traidores
Dante Alighieri, el autor de la novela “La Divina Comedia” citaba en esa obra que el infierno se componía de varios círculo o infiernos y el noveno era el más cruel de todos, no solamente porque ahí reside Satanás, sino por ser el reservado para los traidores.
El círculo de la traición tiene cuatro anillos: Caina, Antenora, Tolomea y Judeca.
Caina lleva el nombre del personaje bíblico Caín quien asesino a su hermano Abel, es un anillo para los traidores a la familia; Antenora, por Antenor de Troya, quien traicionó a los griegos, está reservado para los traidores al país; Tolomea, por Tolomeo, quien es conocido por invitar a Simón Macabeo y a sus hijos a comer y luego asesinarlos, este anillo infernal es para quienes traicionan a sus invitados; finalmente, Judeca, nombrado así por Judas Iscariote, quien traicionó a Cristo.
La traición es un acto humano que nunca viene de los rivales, siempre llega de personas a quienes se les tenía confianza, que eran muy cercanos y con quienes se tenían vínculos que parecían ser indisolubles y arraigados.
México, en estos momentos ve los efectos de dos grandes traidores.
En la parte de la política gubernamental y partidista, está la traición de Miguel Ángel Yunes Márquez y de su padre, Miguel Ángel Yunes Linares; ambos fueron enlistados por el PAN para ser senadores plurinominales, el hijo como titular y el padre como suplente; la decisión se basó en una confianza ciega en ambos personajes y en que la esposa de Yunes Márquez es alcaldesa de Veracruz, también bajo las siglas de Acción Nacional.
La supuesta lealtad partidista de la familia Yunes hizo que la dirigencia nacional del PAN no tomara como elementos importantes, que pesaban en contra de todos ellos, los expedientes judiciales que estaban en proceso contra varios integrantes de ese clan.
Pero, así como Antenor traicionó a Troya, Yunes Márquez decidió que en aras de los intereses que más convenían a su familia era viable traicionar a México, y junto con ello a quienes le confiaron el voto y a los dirigentes del Partido que lo enlistaron a cambio de lograr impunidad para todos sus familiares que estaban a punto de ir a la cárcel.
El voto a favor de la Reforma Judicial de Miguel Ángel Yunes lo ha marcado como un traidor a la patria y es sabido que a los traidores no los quieren en ningún lugar, por eso es que no hay lugar en Morena para él y en el PAN lo van a expulsar.
La otra traición, cuyos efectos también se hacen sentir es la que cometió Joaquín Guzmán López, el hijo de Joaquín “el Chapo” Guzmán en contra de su padrino de bautizo, Ismael “El Mayo” Zambada García.
Junto con esta traición se adosa la complicidad de Rubén Rocha Moya, gobernador de Sinaloa, quien fue el “anzuelo” que utilizaron para atraer al “Mayo” Zambada a la emboscada que le tendieron.
Dicen que los criminales no tienen palabra de honor, pero Ismael Zambada confió en su ahijado y eso lo tiene preso en una cárcel de Estados Unidos.
Los efectos de la traición apenas se empiezan a sentir.
Culiacán, la capital de Sinaloa, siente los efectos de la venganza. Los herederos de “El Mayo” han emprendido una guerra contra los hijos de “El Chapo” Guzmán, con un saldo que marca más de una decena de muertos, que obligó al cierre de escuelas, empresas y carreteras e incluso canceló los eventos de las festividades patrias.
La traición genera efectos devastadores: puede afectar la vida de toda una nación o trastocar la paz y tranquilidad de una o varias comunidades.
Los traidores nunca terminan bien, no solamente son objetos del escarnio público y la humillación constante, también son perseguidos por los demonios que liberan y tarde que temprano los alcanzan y lo más triste es que la mancha que deja la traición se pasa de generación en generación, por los siglos de los siglos.
El infierno para los traidores es el más cruento y sanguinario, pero se lo tienen merecido por el daño que causan y los efectos devastadores que generan.
Los Yunes en “Antenora” y “Los Chapitos” en “Tolomea” son ahora el símbolo de la traición que los marca para siempre, porque más allá de las actividades que unos y otros realizan, al final de cuentas los traidores son personas de mala catadura e indignas de cualquier confianza.
Lo que no se comenta de los informes
Los informes de gobierno suponen uno de los eventos donde el gobernante vive un pequeño momento de gloria y eso significa que más allá del informe en sí mismo, hay otros aspectos que luego se vuelven muy interesantes.
Van algunos puntos que pudimos notar en algunos informes:
En el caso de Antonio Astiazarán Gutiérrez fue evidente que el gobierno de Sonora le mandó a un representante político de carrera ascendente, se trata del secretario de Educación Froylán Gámez, y por supuesto que su presencia de inmediato generó especulaciones futuristas del destino que le depara al secretario para el 2027, es decir algunos interpretan esto como un mensaje del gobernador respecto a quién podría estar en las boletas electorales para contender por el cargo que ocupa Toño Astiazarán.
Y si de representantes hablamos, que alguien nos explique que mensaje le mandaron al gobernador Alfonso Durazo con ese perfecto desconocido que llegó a Sonora con la representación del gobierno federal, me imagino que en el círculo político debe ser muy importante, pero el cargo que ostenta actualmente no lo es, eso indica carencia de aprecio y reconocimiento para un gobernador que constantemente da muestras de lealtad al presidente López Obrador, creo que Alfonso Durazo no merecía ese desdén.
Aplicando el criterio de que la relevancia del personaje que envía un gobierno para extender cortesías políticas a otro y que eso marca el grado de importancia o aprecio que se le tiene, entonces Alfonso Durazo no es de gran importancia para el gobierno saliente de Andrés Manuel López Obrador.
En el Informe del gobernador fue evidente que la austeridad les impidió rentar un buen telemprompter y en su lugar le pusieron solamente un monitor de televisión, esto obligaba al mandatario a tener que estar bajando la vista constantemente para poder leer las líneas discursivas de su informe y aunque pretendan minimizar el punto, esos detalles en televisión o en vídeo son muy notorios y lo hacen ver mal.
Mientras que el gobernador Alfonso Durazo rindió un informe protocolario de mucha seriedad y donde destacó lo que él considera más trascedente de su gobierno, al evento le faltó espontaneidad y “pueblo”; fue contrastante como en el informe de Toño Astiazarán imperó un ambiente festivo, con mucho color, sin que eso opacara el aspecto toral de decirle a los hermosillenses todo lo que se hizo en tres años.
En Navojoa, el alcalde Jorge Alberto Elías Retes intentó dejar constancia de un gobierno municipal que aplicó un plan de austeridad municipal, pero el tiro le salió por la culata porque en la revisión de cuentas públicas que realiza el Instituto Superior de Auditoría y Finanzas (ISAF), se estableció que el gasto corriente absorbe el 96 por ciento de los egresos del Ayuntamiento y entonces solamente destina un “pobre” cuatro por ciento a la inversión pública.
Mientras tanto, en Arizpe, la alcaldesa Alma Medina enfrentó el rechazo popular y eso le impidió rendir el informe gubernamental correspondiente y ya de pasada también dejó de asistir al evento del Grito de Independencia.
La alcaldesa de Arizpe enfrenta señalamientos de corrupción, haber endeudado al Ayuntamiento por un monto de cinco millones de pesos sin que se aprecie la inversión correspondiente y además enfrenta un repudio del pueblo que la obligó a no cumplir con esos eventos legales y protocolarios.
Sin fiestas patrias
La celebración del Grito de Independencia y el desfile del 16 de septiembre, son dos momentos de gran trascendencia para generar conciencia cívica, memoria histórica y respeto a los héroes que nos dieron patria, pero es importante para que estas fiestas se celebren, que exista paz y los eventos no impliquen el más mínimo riesgo para los ciudadanos que asisten a ellos.
Por eso cuando un gobierno decide cancelar estas festividades se entiende que lo hace por situaciones muy especiales: un fenómeno natural que impida la celebración es generalmente lo que determina la no realización de estas festividades.
Pero lo que resulta inédito es lo sucedido en las fiestas patrias que acaban de pasar; en ocho entidades y 30 municipios, se cancelaron las festividades patrias derivado de la ola violencia que se vive en esas regiones; las entidades son: Sinaloa, Nuevo León, Durango, Chiapas, Michoacán, Guanajuato, Sonora y Oaxaca.
En el caso de Sinaloa no hubo fiestas patrias en Culiacán, Cosalá, San Ignacio, Navolato y Ahome, en estos municipios la razón son los enfrentamientos armados que se han presentado durante toda la semana pasada y que se extienden a esta; tampoco hubo celebración en Angostura, Mocorito y Salvador Alvarado, pero en este caso se suspendieron por la presencia de la tormenta tropical “Ileana”.
En Nuevo León también se sumaron ocho municipios a la cancelación de las festividades por el clima de violencia que impera en esos lugares los más emblemáticos son Cadereyta y Galeana, pero también se unieron Aramberri, Iturbide, Zaragoza, Doctor Coss y los Aldamas.
La violencia que padece Sinaloa se extendió a Durango y la región del “Triángulo Dorado” los municipios de San Dimas y Tamazula no tuvieron fiestas patrias; en Chiapas fueron 12 los ayuntamientos que cancelaron los eventos y en Michoacán la ciudad de Cotija también anunció que debido a la violencia no realizaría las celebraciones correspondientes.
En Guanajuato se suspendieron en Comonfort y en Oaxaca en Zapotitlan de las Palmas, finalmente en Sonora, no hubo grito de Independencia en Arizpe, aunque en este último lugar fue por las condiciones políticas de rechazo de la alcaldesa y no derivado de un tema de inseguridad pública.
Cuando los gobiernos son incapaces de garantizar la tranquilidad y la paz para celebrar estas festividades, estamos ante una situación que se vuelve oprobiosa, pero es más vergonzoso que las autoridades salgan a decir que la seguridad pública depende de que los grupos criminales en disputan dejen de generar violencia, como lo dijo el Comandante de la Tercera Región Militar en Sinaloa, Jesús Leana Ojeda.
Otros Juglares:
–“La seguridad pública no depende de nosotros, depende de los grupos antagónicos, que dejen de hacer su confrontación entre ellos y que estén dejando a la población en paz para que viva con tranquilidad”.
Expresión claudicante del comandante de la Tercera Región Militar en Sinaloa, Jesús Leana Ojeda, quien dejó a “voluntad” de los grupos criminales que se encuentran en guerra que se pongan de acuerdo y cesen las hostilidades que tiene atemorizada y resguardada en sus casas a la población de varios municipios, entre ellos Culiacán y Ahome.
Gracias por su atención, hasta el miércoles si Dios quiere. ¡¡Salud!!