Archivo Confidencial
Por Armando Vásquez A.
Jueves 12 de septiembre de 2024
López Obrador… en un tris
A 18 DÍAS DE DEJAR la presidencia, ¿qué más pudiera destruir López Obrador?
Veamos.
Producto de las malas decisiones, sumadas a la caída en los precios del petróleo y México cargando con la deuda externa más grande del mundo, se presentó una fuga de capitales masiva por lo que el primero de septiembre, tres meses antes de concluir su administración, –30 de noviembre de 1982–, López Portillo decretó la nacionalización de la banca y el control general de cambios.
En su último informe dijo: “Es ahora o nunca, ya nos saquearon. México no se ha acabado. No nos volverán a saquear”.
Le falta al tabasqueño manejar esos dos decretos con miras a atenuar la crisis que se avecina en el cortísimo plazo.
¿Qué más?
Se ha manejado el control del internet, como en los países socialistas y poner en la ley el derecho de la policía cibernética a quitar direcciones IP, cancelar portales noticiosos y todo aquello que mediante el uso de tecnología afecte el prestigio y la honra de los funcionarios morenista y se critique al gobierno federal.
Con los medios tradicionales la estrategia es ocupar espacios con plumas pro 4T en base a diferentes tipos de presiones ya conocidas y por supuesto, la desaparición de las plumas o programas de tv que sean contrarias y críticas a las disposiciones del nuevo sistema.
¿Y si de paso se obliga a las empresas como Telcel y Movistar, entre otras, a que por ley caduquen los números celulares cada año de tal forma que se haga imposible o se dificulte la comunicación vía WhatsApp u otras redes?
Sigamos.
La subyugación de las Fuerzas Armadas y de la Marina ya está. Así como el apoderamiento de la Guardia Nacional.
¿Y qué tal si se van contra la propiedad privada?, ups, el primer paso ya lo dio Martí Batres como jefe capitalino al promover una ley que supuestamente se adecuará a la ley federal en su artículo 27 al manejar como derecho social la propiedad –que ahora que tienen el poder legislativo pleno pueden cambiar ese derecho constitucional— quitándole el beneficio de la privacidad para que el gobierno pueda contar con la capacidad legal de utilizarla a su antojo.
Lo mismo que en Venezuela creando el programa “Ubica tu casa”, que permitió que gente extraña ingresara al hogar que contara con dos o más recamaras.
Ya entrados, también pudiera López Obrador ordenar la aprobación pronta del cierre de minas a cielo abierto cuyo proyecto ya existe y tiene temblando al sector minero, sobre todo al de Sonora pues el cierre de estas empresas conllevaría la pérdida de trabajo a una tercera parte de la población.
¿Y qué tal si aunado a lo anterior decide cancelar la cacería pues ya ha expresado su idea de que deberían tomarle fotos en lugar de matar a los animalitos, como les dice?… En un tronido de dedos lo puede hacer.
Ahora que se menciona la depreciación del peso frente al dólar y la huida de capitales a suelos más estables, como Texas que ya está haciendo toda una labor de atracción de inversionistas, ¿qué tal si para detener la fuga de inversiones mexicanas fuera del país inicia una persecución fiscal más agresiva contra aquellos empresarios traidores a la patria –lo cual es un delito que manejan a su antojo–, para obligarlos a que generen en México más empleos?
Por lo pronto Grupo Femsa del Diablo Fernández empezó a principios de agosto a trasladar sus capitales a Texas con la apertura en sociedad de casi mil farmacias Cruz Verde y tres centenares de Oxxos. De seguro sería el primero en sufrir el atentado al ejercicio de la libre empresa.
Una ocurrencia más. Ahora que los estudiantes universitarios se vieron involucrados en el apoyo a trabajadores del poder judicial sería factible decretar una ley –como se intentó en el periodo socialista de Madrid–, cuyo proyecto establecía sancionar a las universidades tanto económica como administrantemente a aquellas que permitan protestas, ocupaciones simbólicas y pacíficas o manifestaciones dentro y fuera de las mismas. Y cuyas sanciones para aquellos alumnos manifestantes sería la expulsión de dicha universidad. López Obrador puede proponerlo en otro tris.
¿Y qué le parece si para aplacar a los integrantes de las iglesias, sobre todo la católica, les aplica una investigación exhaustiva vía Unidad de Inteligencia Financiera y les acomoda un pago o impuesto disfrazado en base a sus actividades, que deberán pagar de manera constante cada mes? Sería un ingreso extra y ya no sufrirían del pecado sobre posible lavado de dinero vía propinas dominicales.
¿Qué más pudiera hacer López Obrador para seguir destrozando a México?
Ah, ya sé. Obligar a todos los creyentes que festejan a sus santos o vírgenes –sobre todo a la Guadalupana–, a pagar un derecho de pase. Total, Claudia Sheinbaum ni católica es.
Y el pretexto sería para mantener la limpieza de la ciudad. Sería un buen ingreso. Y agachón que es el pueblo, de seguro lo pagaría.
¿Y los partidos políticos?, pues o bien desaparecer aquellos que signifiquen futura oposición estable, o generar tal cantidad de nuevos que le permitan a Morena el acaparamiento de las pluris –otra opción es desaparecerlas, ups, eso vendrá a partir del dos de octubre a iniciativa de la presidenta–, pero supongamos que no se haga de momento y decidan aumentar la alianza con el PVEM y PT con quienes obtuvieron el 74% de sobre representación en el legislativo, y al contar con otros partiditos obtendrían el cien por ciento de la mencionada pluralidad. Total, ya hay un antecedente de aceptación.
¿Cómo joder a los profesionistas? Pues instaurando una ley mediante la cual los colegios y cámaras empresariales aplicaran, legalmente a sus agremiados, un esquema tipo tres de tres para conocer su estatus fiscal, financiero y hasta familiar que deberá entregarse a la Secretaría de Hacienda y ejercer un mayor control y perseguir a quienes no cumplan con esta obligación. Sería la muerte de esas organizaciones. Pero para el gobierno ya no habría opositores.
Y tengo otras mejores relacionadas con el sector productivo, más del área económico-financiero, familiar, de profesionistas independientes, líderes gremiales, etcétera, porque destruir es muy fácil como lo ha demostrado López Obrador y su camarilla de enajenados en este sexenio.
Acuérdese de mí cuando entremos a la etapa de tiranía dictatorial y empiecen a tocar todos los puntos señalados. No sé cuándo pueda ocurrir, López Obrador si quiere lo puede lograr, insisto, en un tronar de dedos, antes de dejar la presidencia, y la petulancia me llevará a decir: se los dije.
EN FIN, por hoy es todo, mañana le seguimos si Dios quiere.
Armando Vásquez Alegría es periodista con más de 35 años de experiencia en medios escritos y de internet, cuenta licenciatura en Administración de Empresas, Maestría en Competitividad Organizacional y Doctorando en Administración Pública. Es director de Editorial J. Castillo, S.A. de C.V. y de “CEO”, Consultoría Especializada en Organizaciones…
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