viernes, noviembre 22, 2024

Minorías adictas al agandalle / Feliciano J. Espriella

Fecha:

Olor a Dinero

Por: Feliciano J. Espriella

Martes 20 de agosto de 2024

Minorías adictas al agandalle

Para nadie es un secreto que México es de los países con una de las mayores brechas de desigualdad en el planeta, aunque como fue publicado el año pasado por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), durante este sexenio se ha registrado una ligera reducción.

La brecha de la desigualdad en México es una de las más amplias entre los países de la OCDE. El 1% de la población más rica controla casi la mitad de la riqueza del país. Las familias del decil X (las más ricas) perciben en promedio 54,427 pesos mensuales, mientras que las del decil I (las más pobres) ingresan 3,313 pesos mensuales. Sin transferencias de terceros, esta brecha se amplía a 38 veces más.

Esto se debe primordialmente a que desde tiempo inmemorial las políticas económicas y en especial las relativas a las remuneraciones por el trabajo personal, prestaciones, apoyos a la producción, así como las estrategias de financiamiento y estímulos a las actividades económicas, en su gran mayoría se diseñaron y presionaron para su implementación, desde las lujosas oficinas de las élites empresariales y a conveniencia de las clases acomodadas.

Es decir, una pequeña minoría decidía qué y cómo debería de distribuirse la riqueza del país, pero, desde luego, siguiendo el sabio consejo del dicho que sugiere que “El que parte y reparte, se lleva la mejor parte”. Para ello, coptaron a otra pequeña minoría, la clase gobernante, a la que corrompieron para que hiciera oídos sordos a los reclamos de las mayorías y les llenaron los bolsillos para que se implementaran leyes, reglamentos, políticas fiscales, orientación del gasto público, proyectos de desarrollo y varias acciones más, cuyo propósito no era otro que el de proteger sus intereses y allanarles el camino para, parodiando a Calderón, juera como juera, ellos siempre ganaran.

Estaban en jauja, tenían de su lado todo el aparato gubernamental:

A)    Un poder ejecutivo que les condonaba impuestos a diestra y siniestra, que les destinaba enormes recursos financieros para que desarrollaran sus emprendimientos y les perdonaba deudas cuando no les iba muy bien, que tenía constreñida a la clase laboral con misérrimos incrementos salariales, y que cuando como producto de su ineficiencia estaban al borde del colapso, como sucedió en 1995 con el “Fobaproa”, los salvaba del derrumbe total, aunque para ello se llevara entre las patas al resto de la población.

B)    Un poder legislativo que aprobaba leyes a modo para protegerlos y permitirles depredar el territorio nacional deforestando nuestros bosques, explotando indiscriminadamente nuestros recursos minerales, apropiándose de los mejores espacios de nuestros litorales para que los disfruten sólo quienes más tienen, etcétera, etcétera.

C)    Un poder judicial, que le sale al quite cuando los otros dos poderes fallan, que protege su libertad y les evita pagar con cautiverio sus deudas con la sociedad cuando exceden los límites que establecen nuestras leyes, así como muchísimas acciones encaminadas a ampararlos, tanto a ellos, como a sus familias y patrimonio.

Pero sucedió que en el año 2018 las mayorías por fin despertaron decididas a hacer valer sus derechos, de tal manera que los poderes ejecutivo y judicial, ya no están entera e incondicionalmente a su servicio, pero aún tienen materialmente secuestrado y a su disposición el judicial, el cual afronta también una gran posibilidad de dejar de pertenecerles.

Éste, que no se tenga la menor duda, es el trasfondo de la gran cruzada que ha emprendido la derecha y el conservadurismo para impedir (según ladinamente afirman), que la coalición “Sigamos Haciendo Historia”, tenga la mayoría que el pueblo de México le otorgó abrumadoramente en las urnas el pasado 2 de junio. Lo que quieren en el fondo, es evitar a toda costa que se lleve a cabo la Reforma al Poder Judicial.

Por ello fue que el día de ayer (lunes), a través de un comunicado, el Consejo Mexicano de Negocios (CMN) y el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) se pronunciaron en contra de la sobrerrepresentación de Morena en el Congreso de la Unión, y lanzaron un llamado a las autoridades electorales a mantener los equilibrios democráticos entre los poderes de la Unión.

Sí Chuy. Qué se los crea su abuela ¿Cuándo en la integración de las legislaturas anteriores en las que este mismo método de asignación favoreció al Prian, levantaron la voz los empresarios y conminaron a las autoridades electorales que cuidaran la sobrerrepresentación?

¡NUNCA!!!!

Por hoy fue todo. Gracias por su tolerancia y hasta la próxima.

Twitter: @fjespriella

Correo: [email protected]

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