domingo, noviembre 24, 2024

Partidos que han muerto en México / Bulmaro Pacheco

Fecha:

Partidos que han muerto en México

Bulmaro Pacheco

Domingo 18 de agosto de 2024

La reciente pérdida de registro del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en México y la posibilidad de que nuevas fuerzas se organicen para fundar un nuevo partido de enero del 2025 en adelante, revive el debate a nivel nacional sobre la pertinencia y la necesidad de nuevos partidos políticos para México.

¿Son necesarios nuevos partidos políticos para México o los que tenemos actualmente bastan para impulsar el cambio político?

¿Qué tan representativos de las aspiraciones de los mexicanos son los partidos políticos que actualmente tenemos?

¿Por qué algunos partidos desaparecen del escenario político y otros perduran?

¿Qué hace que algunos pierdan el registro y otros sobrevivan?

Para la elección del 2024 eran siete los partidos políticos en contienda; ahora solo quedan seis: Morena, PAN, PRI, MC, PT y PVEM.

Los más antiguos: el PAN (fundado en 1939) y el PRI (reformado como PNR, PRM y PRI desde 1946), y el más nuevo: Morena (fundado en el 2014 como una gran escisión del PRD -hoy desaparecido-, fruto de una ruptura en el PRI que solo duró 35 años.

Si dejamos de lado los partidos formados en México entre 1911 y 1929, veremos que ninguno fue de larga duración y solo cumplieron con los objetivos político-electorales que los hicieron surgir por la coyuntura política de entonces.

Ejemplos: El Partido Nacional Antirreeleccionista (impulsado por Madero en 1909), y los partidos Constitucional Progresista (sucesor del Antirreeleccionista) y el Católico (“Aquí se vota por Dios”, anunciaban en las casillas) con gran influencia en 1911 cuando fue electo presidente Francisco I. Madero.

Ya cuando se planteaba el acceso al poder del grupo triunfador de la Revolución mexicana, se fundaron los partidos Liberal Constitucionalista (en 1916 y cuyo líder fue Benjamín Hill), el Nacional Cooperatista (en 1917), el Comunista Mexicano (en 1919) y el Laborista Mexicano (en 1919). Este último tuvo larga influencia en la política hasta que en 1929 se crea el Partido Nacional Revolucionario.

En septiembre de 1939 se funda el PAN; en 1940 se crea el Partido Revolucionario de Unificación Nacional (PRUN), que postuló como candidato presidencial a Juan Andrew Almazán; en 1946 nace el partido democrático, que postuló a Ezequiel Padilla; en 1948 se funda el Partido Popular, que pasaría a Partido Popular Socialista (PPS) a finales de 1960; en 1952 aparece la Federación de Partidos del Pueblo, que postuló a Miguel Henríquez Guzmán, y en 1953 se crea al Partido Auténtico de la Revolución Mexicana (PARM), con destacados generales revolucionarios en retiro para cubrir la exclusión del sector militar del PRI.

El año 1968 representó una verdadera crisis política y social para todos los partidos políticos, y es hasta la crisis del PAN en 1976 —no pudo postular candidato presidencial contra José López Portillo— cuando reformadores como Jesús Reyes Heroles entendieron que la llamada “democracia mexicana” como operaba, ya no daba para más.

Había que abrir el sistema político, dar cauce a otras fuerzas políticas e incorporar a las minorías en las tareas de gobierno.

El esquema de solo cuatro partidos (PAN, PRI, PPS, PARM) actuando en las elecciones ya estaba muy rebasado por los nuevos votantes (voto a la mujer en 1953 y reducción de la edad de los jóvenes para votar en 1969). Por lo que la real pluralidad de partidos políticos en México no inició hasta la reforma política impulsada por el presidente José López Portillo en 1977. Una gran reforma del sistema político que dio pie a la creación de nuevos partidos y a la representación proporcional.

Así surgieron partidos como el Socialista de los Trabajadores (PST), que derivó primero en Partido Cardenista y después en Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional (desapareció en 1997). También la legalización del Partido Comunista Mexicano, que evolucionó a PSUM, después PMS y al final en PRD.

Aparece en 1975 el Partido Demócrata Mexicano (partido del gallito), que tomó los principios de la llamada Unión Nacional Sinarquista y desapareció en 1997.

El Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), de la izquierda más radical, obtuvo su registro legal en 1991 y lo perdió en la elección del mismo año al no alcanzar siquiera el 1% de la votación nacional. El Partido Popular Socialista pierde su registro en la elección de 1997. El PARM desaparece en la elección presidencial del 2000.

En la década de los ochenta, el Partido Social Demócrata, de la familia Sánchez Aguilar, no logró despegar y desapareció.

El Partido Mexicano de los Trabajadores, impulsado por Heberto Castillo y Demetrio Vallejo, fue creado en 1974, registrado hasta 1984 y disuelto en 1987 cuando Castillo decide sumarse a la candidatura de Cuauhtémoc Cárdenas.

Las primeras versiones de los partidos del Trabajo y el Ecologista de México fueron diseñadas en 1991, y desaparecieron en la elección de ese mismo año. Volvieron a organizarse y mediante el sistema de alianzas lograron sobrevivir. El PT perdió el registro en 2015 pero lo salvó el PRI.

Aparecerían después otros partidos como el de Centro Democrático, de Manuel Camacho; el de la Rosa, de Rincón Gallardo; el de la Sociedad Nacionalista; el de la ruptura de Pablo Emilio Madero con el panismo: Alianza Social (PAS); el fundado por Jorge Alcocer, Fuerza Ciudadana; y México Posible y el Liberal Mexicano, que no alcanzaron a levantar y desaparecieron en el 2000 y el 2003 respectivamente.

Por diferencias con el PRI, en 1999 el ex priista Dante Delgado se da a la tarea de formar el Partido Convergencia por la Democracia, que en 2011 cambia su denominación a Movimiento Ciudadano.

Vuelven a la carga en 2005 otras fuerzas políticas como partidos: el de Alternativa Socialdemócrata y Campesina, que desaparece en 2009.

Como otra escisión en el PRI, la profesora Elba Esther Gordillo se da a la tarea de formar el Partido Nueva Alianza en 2005. Perdería su registro nacional en la elección federal del 2018. Tres años antes lo había perdido el llamado Partido Humanista.

El PES, como “encuentro social” perdió su registro en la elección del 2018, y como “encuentro solidario” lo volvió a perder en el 2021.

Los nuevos partidos que, se decía, iban a cimbrar las redes sociales, como “Redes Sociales Progresistas”, “Fuerza por México”, de Pedro Haces, y la llamada CATEM, también perdieron el registro en la elección federal del 2021. Es preciso aclarar que el PANAL, el PES y el PRD, aun cuando perdieron el registro nacional, todavía lo conservan en algunos estados. Muchos partidos en pocos años; unos auténticos y de verdadera lucha, otros solo negocio de sus organizadores. Quienes ahora predicen la desaparición de otros partidos, deberían agregar al análisis que los partidos más longevos en México son precisamente el PRI, que va ya para 96 años; y el PAN, que el mes próximo cumplirá 85 años.

¿Por qué no han desaparecido a pesar de sus crisis y sacudidas y de que sexenio a sexenio se les expide el acta de defunción? Más allá de sus problemas internos (que los tienen) y la baja votación que han experimentado (el PAN y el PRI) en los últimos procesos electorales, resulta interesante analizar sus tiempos y sus aportaciones fuera del análisis superficial hecho para quedar bien con los actuales detentadores del poder, sobre todo por los abundantes tránsfugas de ambos partidos que ya no hallan que inventar para justificarse.

Otros partidos, que surgieron —básicamente como un negocio—supuestamente para representar la modernidad y las banderas de nuevos grupos sociales, fueron rechazados por los electores en forma contundente y la gente siguió votando -con todo el desgano y la apatía que se quiera- por los partidos grandes.

¿Cuál ha sido la diferencia?

Que del modelo de partido gestor, promotor, reformador y mediador con el poder -que un sector importante del electorado todavía recuerda-, pasamos en México, abruptamente al modelo de partido- negocio bajo el dominio de grupos y familias que con liderazgos de larga duración solo han buscado el poder por el poder mismo y la mayoría de ellos se han sostenido con alianzas para no perder el registro. Por eso con más de 100 partidos políticos creados en México en un siglo, llegamos al 2024 con sólo 6 que han perdurado: Los más antiguos (PAN y PRI) los de finales del siglo XX (PT, Verde y MC) y el único del siglo XXI (Morena).

¿Hacen falta más partidos políticos en México? O ¿Con los que actualmente funcionan son suficientes para promover la democracia?

El elector seguirá teniendo la palabra…

[email protected]

Compartir publicación:

spot_imgspot_img

Popular

Relacionado
Relacionado

Encenderán árbol y decoración navideña este domingo

El Centro Histórico será iluminado este 24 de noviembre...

Proponen $ubir impue$to / Martín Romo (El Verdugo)

Sin Medias Tintas Por Martín Romo (El Verdugo) Miércoles 20 de...

Día internacional del hombre / Feliciano J. Espriella

Olor a Dinero Por: Feliciano J. Espriella Miércoles 20 de noviembre...