Por Juan J. Sánchez Meza
Sábado 18 de mayo de 2024
*Nos ha devuelto la confianza que habíamos perdido
*Ha hecho lo que no hicieron sus antecesores: trabajar
*Y convocar a la ciudadanía a que lo acompañe en la tarea
Me incluyo entre los hermosillenses que llegaron a perder la esperanza de que nuestro municipio contara con un alcalde que efectivamente se ocupara de mejorar nuestra ciudad.
El tránsito sucesivo de alcaldesas y alcaldes que, al cabo de tres años, ofrecían resultados pobres, o francamente deplorables, me llevaron a pensar que esto no tenía remedio, especialmente porque la sucesión de presidentes municipales provenientes de todo el espectro político partidista disponible en nuestro municipio había agotado las alternativas al alcance del electorado hermosillense.
Mi pesimismo llegaba a esos extremos no solo porque todos los partidos políticos habían fallado en su oportunidad, sino porque también tuvo lugar todo tipo de combinaciones partidistas entre las alineaciones del gobierno municipal y los órdenes de gobierno estatal y federal. Es decir, hubo ocasiones en que el alcalde, el gobernador y el presidente de la República procedían del mismo partido, así como otras en las que dos de ellos, o ninguno, compartían partido político.
Como cualquier otro hermosillense, aspiraba a que nuestra capital tuviera un verdadero alcalde. Se dice fácil, pero ¿qué es un verdadero alcalde?
A mi juicio, es aquel que se encarga de hacer su trabajo sin quejarse de la escasez de recursos. El que no culpa de sus fracasos a la incomprensión o el abandono del gobierno federal o del estado. Especialmente, aquel que no se queja de lo que no hicieron o hicieron mal sus antecesores o que, para aliviar su frustración, recurre a bravuconerías, insultos o descalificaciones, como aquellas a las que parecía que nos estábamos acostumbrando los hermosillenses. Como verá usted, estimable lector, no es poco lo que yo pedía.
Pues resulta que después de casi agotar el santoral disponible, no sé a qué santo nos encomendamos, pero lo cierto es que los hermosillenses tenemos, ahora, un Alcalde del cual podemos sentirnos orgullosos y que no cayó en ninguno de esos caminos fáciles y evasivos que todos conocemos.
A punta de un trabajo constante, el Alcalde Antonio Astiazarán ha sido capaz de detener la espiral de deterioro que parecía irreversible en nuestra ciudad y lo ha hecho son distraerse y sin perder el tiempo en cualquiera de las salidas fáciles a que sus antecesores(as) nos tenían acostumbrados y a no pocos nos habían llevado francamente al hartazgo.
Pero lo que, a mi juicio, es la aportación más importante que ha hecho Toño Astiazarán en favor de nuestra comunidad, es que nos ha devuelto la confianza que lastimosamente habíamos perdido.
¿De qué confianza hablo? La confianza en que es posible mejorar nuestro municipio, armonizando el esfuerzo de la autoridad con el de la comunidad y demostrar, con hechos palpables, concretos, demostrables, que eso funciona; es decir, que eso genera resultados y beneficio colectivo.
Se dice fácil, pero fue necesario que transitáramos por una cadena de administraciones que iban de la mediocridad al franco abandono de las más elementales obligaciones que claramente son responsabilidad de la autoridad municipal y que a nadie parecían importar.
¿Cuánto tiempo habíamos ya perdido los hermosillenses en reclamos, amenazas y gestos plañideros de autoridades que solo se ocuparon de su proyección personal y abandonaron sus más elementales responsabilidades? ¿Cuántas quejas y reclamos escuchamos, culpando a sus antecesores? ¿De qué nos sirvió?
¿Qué aprendimos de todo ello? Que el enfrentamiento descarnado entre fuerzas irreconciliables había alejado a los hermosillenses de la política, entendida ésta no como el pleito entre personajes que solo a ellos importa, sino como la trabazón entre el interés ciudadano, el trabajo colectivo y la responsabilidad de la autoridad frente a su tarea, que es justamente lo que ahora hemos recuperado para nosotros y para nuestra ciudad.
Por eso, no me refiero aquí al incontable listado de las obras y las acciones de toda índole desplegadas a lo largo y ancho de nuestro municipio por la Administración del Alcalde Astiazarán. Esas están a la vista de todos.
Lo que no debemos perder de vista, es que los hermosillenses hemos podido avanzar en el largo camino de nuestra recuperación como habitantes de una mejor ciudad, gracias a que la autoridad municipal ha hecho lo que no hicieron sus antecesores(as), ponerse a trabajar y convocar a la ciudadanía a que lo acompañe en esa tan compleja y, como vemos, tan simple tarea.
Por eso hablo del caso Toño Astiazarán. Porque en medio de un ambiente cargado de quejas, lloriqueos e irresponsabilidades, ha sido capaz de lograr una extraña singularidad en el desempeño de su encargo, negándose al conformismo, haciendo posible que recuperáramos la esperanza de que, aún en tiempos difíciles, al margen de politiquerías, sí es posible la mejora de nuestra ciudad, a condición de enfrentar el reto con voluntad, trabajo y participación ciudadana.