Archivo Confidencial
Por Armando Vásquez A.
Lunes 6 de mayo de 2024
Cayó otro gobierno populista
PANAMA SE CONVIRTIÓ ayer en un país más que abandona el populismo y da un giro a la derecha con el triunfo de José Raúl Mulino quien aventajó con diez puntos a su más cercano rival proveniente del oficialismo y/o gobierno de la izquierda progresista.
Aunque es un pequeño país con tres millones y pico de votantes, su importancia es tal por el famoso cruce o canal interoceánico que requería un cambio de gobierno que alegaba que por la sequía el nivel del agua no permitía el trasiego marítimo, como si no existieran métodos para hacer llover.
Incluso esa condición fue aprovechada por López Obrador quien le quitó a Germán Larrea la concesión, o más bien robó o expropió con el uso de la fuerza de los marines mexicanos, lo que llevaba construido del Tren Interoceánico para colgarse la medallita pues es un sistema de ferrocarril que contara con tres líneas ferrovías y busca convertirse en una red de logística global enfocada en la manufacturación y el traslado de mercancías entre el océano Pacífico y el océano Atlántico a través del Istmo de Tehuantepec, el plan B ante la falla que significa el Canal de Panamá.
Aunque claro, todo cambia con este cambio de políticas pues el nuevo presidente panameño no es amigo de los presidentes populistas. No creo que López Obrador esté feliz pues le ha ido muy mal en su relación con presidentes de otros países a los que parece que los sala con su forma de ser.
Lo ocurrido con el gobierno derechista de Ecuador –una historia muy mascada– no tiene precedente pues hace una semana se demandó a México ante la Corte Internacional de Justicia y todo porque al estilo López Obrador quiso dar cobijo a delincuentes de alta gama en la embajada mexicana en aquel país. Es un tema que dará de que hablar en esta semana.
También se inmiscuyó en Perú al defender al entonces presidente Pedro Castillo quien quiso, pero no pudo, dar un golpe de estado y por lo cual la fiscalía pide 34 años de cárcel. El Congreso peruano y su nueva presidenta declararon persona non grata a López Obrador.
¿Y qué tal el pleito contra el derechista Javier Milei a quien llamó “facho conservador” durante la campaña presidencial? Luego, a finales de marzo pasado, el presidente argentino tachó al populista Gustavo Petro, su similar de Colombia, de ser un asesino terrorista y el tabasqueño salió con una defensa férrea que orilló al argentino a tildarlo de ignorante.
En medio del pleito se encuentra Carlos Slim quien invertirá 400 mdd en Argentina.
Y tampoco la lengua viperina de Amlo se ha olvidado de Bukele con quien, al principio se llevaba bien. Le tachó de ser autoritario y no respetar las libertades un año antes de buscar la reelección de la presidencia de El Salvador que consiguió el pasado febrero con 85 por ciento de las votaciones a su favor e inicia su período de cinco años más el próximo primero de junio. En su momento Nayib le dijo que los derechos humanos no deben ser para los delincuentes y el de Macuspana prefirió no entrar en polémicas. Le zacateó.
En Bolivia, las cosas están que arden para el presidente Luis Arce –quien fuera secretario de Economía con Evo Morales–, de tal manera que el derroche los llevó a la bancarrota y que curioso, López Obrador empezó un programa de apoyo a sus similares populistas así que no tarda en regalarle un supuesto préstamo disfrazado de programas productivos como recientemente lo hizo con Nicaragua o bien, en pago a servicios o ayuda humanitaria como lo ha hecho con Cuba.
Allá van millones de dólares de los impuestos mexicanos.
En el caso de Venezuela que tendrán elecciones en julio, ha importado y colocado en puestos públicos a personajes de dicho país, asimismo el gobierno mexicano ha contratado especialistas en ciber fraudes electorales que se regresarán más filosos para la reelección de su amo y señor quien lleva trece años como presidente y cinco más si el diablo no mete la cola.
Con Chile, además de enviar apoyo humanitario en febrero pasado por el centenar de muertos por incendios ocurridos, maneja la exportación de los programas de bienestar que implementa en México mediante un convenio bilateral al que por cierto también se sumó Colombia. Les dio o va dar buena lana proveniente de donde ya sabe. Es dadivoso con lo que no es suyo.
Con Lula de Brasil tiene desacuerdos pues los gobiernos de izquierda quieren que se apoye a Israel y Amlo ya dijo que era simpatizante árabe. Y en el caso de su relación con Biden y Trump –la elección será en noviembre–, se maneja en dos vías, por un lado, critica al presidente gringo y aunque por el otro apoya al populista de derecha, un hecho cierto es que no le gusta que lo sobajen como lo ha hecho el empresario cada vez que puede y hasta se burla de él. Aquello de que lo dobló se quedará para la historia.
EN FIN, por hoy es todo, mañana le seguimos si Dios quiere.
Armando Vásquez Alegría es periodista con más de 35 años de experiencia en medios escritos y de internet, cuenta licenciatura en Administración de Empresas, Maestría en Competitividad Organizacional y Doctorado en Administración Pública. Es director de Editorial J. Castillo, S.A. de C.V. y de “CEO”, Consultoría Especializada en Organizaciones…
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