Comentar es un peligro, “El Juglar de la Red”, por  Rafael Cano Franco

El Juglar de la Red
Por Rafael Cano Franco
 
Jueves 29 de febrero de 2024
 
Comentar es un peligro
 
 
Una mujer que tiene maestrías no puede considerarse impreparada o carente de inteligencia, por el contrario, pero esos títulos universitarios no implican tener conocimiento de las condicionantes para hacer política y sobre todo cuando se está a punto de iniciar una campaña para buscar una diputación federal.
 
La diputada Diana Karina Barreras decidió presentar una demanda ante el INE en Hermosillo, acusando a una influencer local, la arquitecta Karla Estrella, de violencia política en razón de género, luego de un posteo donde hacía referencia a la forma como logró obtener la candidatura.
 
En términos de legalidad, la diputada del Partido del Trabajo, Diana Karina Barrera estaría obrando con apego a lo que la ley le tutela, pero en cuestión de libertad de expresión lo que hace es tratar de acallar una expresión que no le agradó.
 
En este espacio lo hemos repetido varias veces: la violencia política en razón de género, debe reacondicionarse, porque en su forma de aplicación actual se ha vuelto un instrumento que muchas mujeres dedicadas a la política utilizan para tratar de acallar a sus eventuales críticos.
 
La política electoral no es un ring para improvisados; no solamente se trata de tener títulos universitarios o de “palancas” para recibir el impulso necesario, también se requiere tolerancia, una piel muy dura y capacidad de diálogo para convencer y mostrar la calidad como persona y como servidor público o aspirante a serlo.
 
Si ya de por sí es mal visto cuando una diputada o cualquier funcionaria pública denuncian a periodistas bajo el argumento que las críticas son violencia política en razón de género, más grave es que la denuncia se enderece en contra de una ciudadana que simplemente ejerce su derecho de expresar una opinión.
 
En el caso de la diputada Diana Karina Barreras, a quien no conozco en lo personal, puede decir con todos los argumentos que también desconozco su trabajo legislativo y se muy poco de su carrera política.
 
Pero las pocas noticias que he tenido de ella no me dan argumentos para calificar su trabajo como sobresaliente, ni cuando era regidora del PAN en el Ayuntamiento, ni ahora que es diputada en el Congreso local por el Partido del Trabajo.
 
Y es que no es mi responsabilidad estar al tanto de sus actividades, en todo caso es ella la que debe abrir los conductos pertinentes de comunicación para poder valorar su trabajo, pero al no hacerlo lo que permanece es la imagen que ella ha generado por situaciones del pasado y las que ahora genera en el presente.
 
Puedo entender que se hubiera molestado por la publicación del posteo que hizo Karla Estrella, pero un buen estratega político o un líder de partido inteligente le hubiera recomendado pensar dos veces en iniciar esa acción legal.
 
Esto es más preocupante cuando la acción legal la tomó previo a iniciar una campaña electoral, porque más allá de que pueda tener un voto duro que la va a respaldar, su decisión ya tiene consecuencias negativas a su persona y la posiciona como alguien intolerante, con una hipersensibilidad a las expresiones ciudadanas que hacen referencia a su persona y eso termina por alejarla del electorado, amén de que inicia de mala manera la conquista del voto.
 
Es obvio que la decisión de presentar la denuncia la tomó en un momento de irritación, posiblemente de frustración por la falta de reconocimiento a lo que ella considera sus logros personales; pero todavía así sigue siendo una decisión que termina por reafirmar la imagen de que es una persona intolerante.
 
Por el bien de ella, ojalá tenga los argumentos para recomponer la situación y que en el futuro tome decisiones con frialdad y no en medio de un coraje personal o bajo la “calentura” de las circunstancias.
 
Por lo pronto, su intolerancia genera rechazo y su decisión se volvió en su contra, por más legal que pueda parecer la demanda que presentó.
 
Lorenia Valles: ¡Voy a ganar!
 
La candidata de Morena al Senado, Lorenia Valles Sampedro charló con el grupo Contrapunto Diez y una vez más volvió a demostrar la calidad de política que es y también la clase de persona: porque más allá de todo, es una mujer que inspira confianza, respeto y se conduce con una amabilidad y disposición al diálogo que siempre la ha distinguido.
 
Se puede estar o no de acuerdo con ella, pero más allá de eso existe la capacidad para escuchar críticas, para responder con respeto y establecer puntos de vista que merecen ser atendidos porque no se le percibe como hueca o hipócrita.
 
En la charla con el grupo de periodistas, fue muy clara en su postura de que intenta llegar al Senado de la República para impulsar las reformas propuestas por el presidente Andrés Manuel López Obrador, pero también para legislar con apertura y disponibilidad a la discusión de las iniciativas que deban aprobarse.
 
Con mucha calidad, también tiró algunos “buscapiés” como ese de que a Sonora le hace falta una senadora, en obvia alusión a Lilly Téllez, pero lo que más destaca de ella es su compromiso con un proyecto político y la forma en el cual lo defiende, sin necesidad de descalificar a sus interlocutores.
 
Lo que se espera de un representante popular, como es el de los senadores, es su habilidad para ayudar en las necesidades del estado que representan y eso solamente se manifiesta en la parte presupuestal. Si Lorenia Valles espera ser una aliada del gobernador Alfonso Durazo, es menester que asuma el compromiso de estar en constante comunicación con el mandatario para que desde sus capacidades pueda asignar mayores recursos al presupuesto de Sonora y así poder atender rezagos.
 
Ella parece entender esa situación y por ello nos confío que su intención es permanecer los seis años en el senado e ir paso a paso, sin andar pensando en futuros que todavía no existen y menos en cargos que todavía ni siquiera están en disputa.
 
Fue una excelente plática, aderezada con un ambiente muy cordial y plagado de bromas y risas.
 
Tips cortitos pa´no enfadar:
 
1.- La nueva legislación electoral permite que aquellos diputados locales y presidentes municipales en funciones, que vayan a buscar la reelección o incluso algún otro cargo de carácter federal, no tienen la obligación legal de renunciar al cargo que ocupan para poder irse a realizar campañas electorales.
 
La medida puede ser disonante, particularmente cuando se esgrimen condicionantes de índole ética, pero nadie que decida continuar en el cargo estará actuando con una ventaja ilegal.
 
Veremos de los candidatos que van por la reelección quienes deciden quedarse en el cargo y al mismo hacer campaña; en el caso de los presidentes municipales todo indica que Javier Lamarque ya anunció que seguirá al frente del Ayuntamiento de Cajeme; falta ver la decisión que asume Toño Astiazarán en Hermosillo; Juan Gim en Nogales o cualquier otro que vaya a buscar su reelección.
 
2.- El colega Gustavo Valenzuela comentó en su cuenta de “X” que el alcalde de Caborca, Abraham “El Cubano” Mier anda coqueteando con la alianza opositora para que sean esos partidos los que lo postulen para la reelección con lo cual estaría dándole la espalda a Morena y a la Cuarta Transformación.
 
Cierto que esto parece un reto cuyo destinatario es el gobernador Alfonso Durazo y de confirmarse lo que ahora solamente es un rumor, bien podría considerarse una afrenta casi personal.
 
Queda la duda de si en la coalición de partidos opositores, están tan necesitados de candidatos que son capaces de aceptar a un alcalde como “El Cubano” Mier que bien puede entrar en la categoría de “impresentable”.
 
Otros Juglares:
 
–“No se va a poder usar la letra E, la X ni el arroba, y se evitará la inclusión innecesaria del femenino”.
 
Lo dijo el vocero del gobierno de Argentina, Manuel Adorni, al anunciar que en ese país se prohíbe el lenguaje inclusivo y la perspectiva de género en toda la administración pública de esa nación del cono sur; la medida generó polémica y se pronostican manifestaciones de colectivos feministas.
 
Gracias por su atención, hasta el viernes si Dios quiere. ¡¡Salud!1